La halitosis es un problema muy común: afecta a 1 de cada 3 personas. Aun así, sigue siendo un tema tabú y en muchas ocasiones puede provocar problemas psicológicos en las personas que la padecen.
Y es que tener mal aliento puede afectar a la percepción que una persona tiene de ella misma. Su autoestima y la relación con los demás se pueden ver afectadas. Incluso en ciertas personas puede seguir ocasionando dificultades emocionales una vez ha desaparecido (halitofobia).
En primer lugar, es importante saber si realmente tenemos halitosis o es una percepción alterada de nuestro aliento (pseudohalitosis). También es importante no confundir la halitosis con el mal aliento temporal causado por tomar un alimento en concreto (ajo, cebolla, etc.). Por eso, lo más recomendable es acudir al odontólogo ya que un 90% de las halitosis tienen origen oral. Por ello el odontólogo es el profesional que nos puede ayudar a resolver las dudas que tengamos al respecto y encontrar las causas que han provocado el mal aliento (enfermedades de las encías, acumulación de biofilm bucal, caries, etc.).
En la mayoría de los casos, la mejor manera de eliminar la halitosis es seguir una buena rutina de higiene bucodental con productos específicos:
- Pasta de dientes con una formulación especial para la prevención del mal aliento.
- Cintas y sedas dentales, cepillos interproximales o irrigadores bucales para la limpieza interproximal.
- Un colutorio con principios activos específicos que traten la halitosis oral.
- Un limpiador lingual para la limpieza diaria de la lengua.
También hay buenos hábitos que podemos llevar a cabo como:
- Limitar el consumo de alimentos que favorecen el mal aliento (cebolla, ajo, etc.).
- Beber mucha agua, para aumentar el flujo de saliva y refrescar la boca.
- Evitar el alcohol y el tabaco.