Hay diferentes causas por las que la halitosis aparece. La mayoría no tienen que ver con el cambio estacional, como son la acumulación de la placa bacteriana, largos periodos de ayuno, épocas de estrés, enfermedades estomacales, etc. Son los mismos cambios de hábitos producidos por las estaciones del año las que pueden afectar al aliento.
En verano, la sequedad bucal y la insuficiencia en la ingesta de líquidos pueden ser las responsables del mal aliento, por lo que es importante hidratarse debidamente y con frecuencia. Beber agua a menudo no solo ayuda con la halitosis, sino también es importante para mantener la piel bien hidratada.
En invierno, la gripe y la tos pueden provocar también halitosis. Los principales motivos son las secreciones de mocos y la sequedad bucal producida por la tos. En estos casos se puede limpiar la nariz con preparados de agua marina y, a su vez, hidratar el cuerpo para diluir la mucosidad.
Resumiendo, la época del año no tiene por qué afectar al mal aliento si se siguen estas recomendaciones, no se descuida la ingesta de líquidos, se mantiene una higiene bucal adecuada y se usan, si se necesitan, productos específicos para eliminar el mal aliento.